El IVA es un acrónimo de Impuesto al Valor Agregado. En algunos países, es el impuesto a los bienes y servicios (GST). El IVA es un impuesto al consumo que se determina sobre la plusvalía de bienes y servicios. Es un método utilizado por más de 166 de las naciones del mundo para recaudar ingresos del gobierno. Estados Unidos es una excepción ya que usa un sistema de impuestos sobre las ventas en lugar del IVA.
Cálculo del IVA
Existen dos métodos básicos para calcular el IVA, a saber, el método de la factura de crédito o el método basado en las facturas y el método basado en las cuentas. Según el método basado en facturas, la aplicación del impuesto se aplica a las transacciones de venta. Los clientes reciben información sobre la cantidad de IVA pagado, mientras que las empresas reciben crédito que describe el IVA pagado en los materiales y servicios de entrada. Con excepción de Japón, la mayoría de los países utilizan el método de cálculo de IVA basado en facturas. Por el contrario, un IVA basado en la cuenta es uno calculado al final de un período de informe. El proceso comienza haciendo que se calculen las ventas totales imponibles y luego se restan del total de las compras sujetas a impuestos. La tasa del IVA se aplica luego a la diferencia. Este método se usa ampliamente en Japón.
Una breve historia del IVA
Los países que primero implementaron el IVA fueron Francia y Alemania. El impuesto fue en forma de impuesto general al consumo durante la era de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Francia defendió el uso moderno del IVA en los 1950 por iniciativa de Maurice Laure, el Director Conjunto de la Autoridad Tributaria Francesa en 1954. El concepto de IVA surgió en 1918 a través de la propuesta del industrial alemán llamado Dr. Wilhelm von Siemens. Al principio, el impuesto apuntaba solo a las grandes empresas. Más tarde, el gobierno lo expandió para incluir a todos los sectores comerciales. Hoy, el IVA equivale a 50% de los ingresos del gobierno francés.
Comparación del IVA con el impuesto sobre las ventas
La primera diferencia es que el IVA se aplica a las exportaciones, mientras que el impuesto a las ventas no. En segundo lugar, la base del pago del impuesto sobre las ventas se basa en el monto total de las importaciones. Sin embargo, el pago del IVA solo se aplica al valor agregado al producto tanto por el importador como por el revendedor. En tercer lugar, es el consumidor final el que paga el impuesto sobre las ventas mientras todos los compradores pagan el IVA. En cuarto lugar, en virtud del impuesto sobre las ventas, los revendedores otorgan certificados de exención a los vendedores y, por lo tanto, no gravan los artículos revendidos. Sin embargo, los revendedores pagan impuestos al vendedor bajo el IVA. Además, están en libertad de reclamar cualquier IVA por los impuestos pagados en los insumos comerciales. Finalmente, en virtud del IVA, los recibos de impuestos son recibidos por las autoridades fiscales antes de la venta de bienes. Por el contrario, las autoridades fiscales tienen acceso a los ingresos fiscales solo después de que los bienes se venden al consumidor final en el caso de los impuestos a las ventas.
Ventajas y limitaciones del IVA
Hay tres ventajas principales de usar el IVA para recaudar ingresos. En primer lugar, en comparación con otros impuestos, minimiza la evasión fiscal. En segundo lugar, es simple de administrar. En tercer lugar, dado que el IVA se basa en el valor agregado de los bienes, no afecta el precio de los bienes. Por otro lado, las limitaciones del IVA incluyen el hecho de que es relativamente complejo de entender. Además, es bastante costoso de implementar.
