El cobre es un metal que es excelente para conducir calor y electricidad. El cobre se produce de forma natural en forma metálica y se ha utilizado desde alrededor de 8000 BC. Todos los organismos vivos necesitan cobre, ya que es un constituyente primario de la citocromo c oxidasa, que es una enzima respiratoria. En los humanos, los rastros de cobre se encuentran en los huesos, los músculos y el hígado, mientras que en algunos organismos, como los crustáceos, el metal es un constituyente de la hemocianina en la sangre. El cobre tiene muchas aplicaciones en el mundo, y un exceso de este puede afectar negativamente al medio ambiente y a los humanos.
Fuentes de contaminación de cobre
La contaminación de cobre en el ambiente proviene de actividades humanas y fuentes naturales. La excavación de cobre en las minas crea polvo rico en metal y el viento puede extenderlo por el sitio de la mina. Las empresas manufactureras que se ocupan del cobre en la producción de metal, electrodomésticos, pesticidas, fungicidas y otros productos que contienen cobre, a menudo liberan agua contaminada en el sistema de drenaje que conduce a arroyos y otras masas de agua. El uso de pesticidas como la "mezcla de Burdeos" también introduce más compuestos de cobre en el medio ambiente y puede afectar a los humanos que consumen frutas o vegetales sin lavar rociados con tales pesticidas. En los edificios, el cobre utilizado en la plomería se disuelve gradualmente y agrega el metal al suministro de agua. Otras fuentes de contaminación por cobre incluyen la quema de combustibles fósiles, aceites de motor usados, pintura y el desgaste de las pastillas de freno, así como algunos métodos anticonceptivos.
Efectos ambientales de la contaminación por cobre
El exceso de cobre en el suelo crea un ambiente tóxico para la mayoría de los microorganismos, como las bacterias. La toxicidad del cobre en el suelo inhibe la mineralización de nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, ya que el metal se adhiere a minerales y materia orgánica. Los animales absorben cobre cuando se alimentan en terrenos contaminados, lo que conduce a una salud deficiente. Un exceso de cobre en el agua tiene efectos adversos sobre la vida acuática, con daños a los organismos de agua dulce como el pescado. El cobre daña los riñones, los sistemas nerviosos y los hígados de la mayoría de las criaturas acuáticas.
Efectos en la salud humana
Los humanos requieren bajos niveles de cobre para mantener una buena salud. Cuando el metal se acumula en niveles altos en el cuerpo, la salud se ve afectada. La toxicidad del cobre se manifiesta en la cirrosis hepática en niños con vínculos al uso de utensilios de cocina de cobre en leche hirviendo. La exposición a altos niveles de cobre puede causar náuseas, diarrea, dolores en el pecho e irritación del tracto respiratorio. El daño al cerebro se produce a través de la enfermedad de Wilson no tratada, que es una afección hereditaria que inhibe la excreción de cobre en la bilis por el hígado. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., Las altas dosis de cobre pueden dañar los riñones y el hígado y provocar la muerte. También existe una correlación de algunos efectos de envejecimiento y exceso de cobre.