Shinto, una religión japonesa antigua, todavía se practica hoy y se ha considerado la religión estatal formal de Japón. Arraigada en el animismo prehistórico, la religión no tiene fundador, textos sagrados oficiales o doctrina formalizada. El sintoísmo consiste en prácticas rituales en santuarios públicos dedicados a muchos dioses diferentes, rituales públicos tales como monumentos conmemorativos de guerra y festivales de cosecha, y adoración de antepasados. Shinto se ha utilizado a lo largo de la historia en el desarrollo de las actitudes, la conciencia y la tradición japonesas distintivas.
5. Historia y visión general de creencias
La historia registrada de Shinto data de un par de textos del siglo XNXX, pero la evidencia arqueológica sugiere que la tradición se remonta mucho más atrás. Al igual que muchos pueblos prehistóricos, los primeros japoneses fueron probablemente animistas, dando características espirituales a las plantas, los animales y otros fenómenos naturales. Una tradición oral de rituales e historias se desarrolló orgánicamente, ya que estas primeras personas comenzaron a establecer raíces históricas y lucharon por dar sentido a su lugar en el mundo. El sintoísmo se estableció más formalmente en respuesta al aumento de las interacciones entre Japón y Asia continental: los clanes japoneses desarrollaron un sistema formalizado para diferenciar sus creencias de las de los forasteros. Comenzando en el siglo xx, la Shinto comenzó a tomar aspectos de otras religiones asiáticas: el budismo, de Corea y el confucianismo, de China.
Shinto se basa en el culto y la creencia en kami, que se entienden como seres sagrados y divinos, así como también como esencias espirituales. Estos seres espirituales existen en la naturaleza: dentro de montañas, árboles, ríos, fenómenos naturales y regiones geográficas. Se cree que los Kami son fuerzas abstractas, creativas y naturales, a diferencia de las deidades omnipotentes de la religión occidental. Se espera que los seguidores vivan en armonía y en coexistencia pacífica con el mundo natural y con otros seres humanos, permitiendo que la religión se practique en conjunto con otras creencias religiosas.
4. Presencia global y miembros notables
Aunque casi el 80% de la población japonesa practica Shinto, muy pocas personas se identifican como "sintoístas" en encuestas religiosas. Esto se debe a la ubicuidad e informalidad de la religión: la mayoría de los japoneses participan en el "sintoísmo popular", visitan santuarios sintoístas y participan en rituales, sin pertenecer a un grupo religioso institucional. Hay aproximadamente santuarios 81,000 y sacerdotes sintoístas 85,000 en Japón. Algunos sacerdotes extranjeros han sido ordenados en las últimas dos décadas, pero la práctica sigue siendo predominantemente japonesa.
3. Desarrollo y propagación de la fe
A finales de 19 y principios de 20 siglos, el sintoísmo se estableció como la religión del estado de Japón y las festividades y ceremonias religiosas sintoístas estaban irrevocablemente ligadas a los asuntos del gobierno. La aristocracia gobernante utilizó el sintoísmo, el confucianismo y el budismo como un medio para mantener el orden en Japón. La leyenda Shinto mantenía que la familia imperial japonesa descendía en una línea ininterrumpida desde la diosa del sol Amaterasu.
El emperador y la corte realizaron meticulosos rituales religiosos y ceremonias para asegurar que los kami protegerían a Japón y su gente. Estas ceremonias fueron consagradas en el calendario administrativo del gobierno. Durante este tiempo, el gobierno japonés utilizó sistemáticamente la adoración del santuario para alentar la lealtad imperial entre sus ciudadanos. El gobierno incluso estableció el 'Departamento para los Asuntos de las Deidades' para promover la idea de que la supervivencia de Japón dependía de que sus ciudadanos mantuvieran el status quo con un apoyo incuestionable del gobierno y la familia imperial.
2. Retos y Controversias
Los misioneros llegaron a Japón durante el siglo XNXX con la intención de convertir a los japoneses del sintoísmo y el budismo al cristianismo. Esto fue visto como una amenaza política, y el gobierno tomó medidas drásticas para evitar que el cristianismo se extendiera. Durante el siglo XNX, la política del gobierno anticristiano exigió que todos los japoneses se registraran en un templo budista y se comprometieran a practicar el budismo, aunque con fuertes influencias sintoístas. Durante el período nacionalista, rastros de budismo fueron despojados de los santuarios sintoístas, y el sintoísmo fue declarado oficialmente "no religioso". Esta declaración se hizo para preservar la garantía de la libertad religiosa de la constitución japonesa, incluso cuando el Shinto se impuso a las personas como una práctica cultural nacionalista. Después de la Segunda Guerra Mundial, Shinto fue desestablecido, y el emperador perdió su estado divino durante la reforma aliada de Japón.
1. Perspectivas de futuro
Aunque ya no es la religión oficial del estado, el sintoísmo todavía influye mucho en la espiritualidad y la vida cotidiana en Japón. Los sacerdotes sintoístas con frecuencia son llamados a hacer bendiciones durante la inauguración de nuevos edificios o negocios, y los autos fabricados en Japón a menudo son bendecidos durante el proceso de montaje. Aunque el Emperador ya no se considera una deidad, muchas ceremonias imperiales todavía están impregnadas de ritual religioso y misticismo. Y a pesar del estatus no divino del Emperador, un considerable ritual religioso y el misticismo todavía rodean muchas ceremonias imperiales. Shinto sigue uniendo a los japoneses con su poderosa mezcla de devoción espiritual, lealtad familiar y orgullo nacional.