El Desierto De Tatacoa De Colombia

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Descripción

El Desierto de Tatacoa, también conocido como el Valle de los Dolores, abarca una superficie de 330 kilómetros cuadrados en Colombia, siendo la segunda extensión árida más grande del país después de la Península de Guajira. La región se encuentra a 38 kilómetros de la ciudad de Neiva, la capital del departamento de Huila. El desierto de Tatacoa no encaja en la definición convencional de desiertos ya que carece de cualquier forma de depósitos de arena o dunas de arena, sino que es un terreno rocoso muy erosionado marcado por cañones secos que albergan exuberantes y verdes bosques tropicales durante el Período Terciario. Existen dos regiones distintas dentro del desierto de Tatacoa, el paisaje de Cuzco de color ocre y el paisaje gris de Los Hoyos.

Papel histórico

El desierto de Tatacoa sirvió como el hogar de miles de especies de plantas y animales en tiempos prehistóricos, y este hecho es evidente por el descubrimiento de una gran cantidad de fósiles prehistóricos en este sitio. Se cree que el desierto alberga los registros paleontológicos más diversos del continente desde el Mioceno y el Pleistoceno. Paleontólogos de varios institutos de Colombia, Estados Unidos y Japón se han sentido atraídos por este sitio para estudiar los restos fosilizados y la historia evolutiva de las especies perdidas. Uno de los especímenes fósiles más importantes se descubrió aquí en el área de La Tatacoa, que perteneció a los primeros primates del mundo, proporcionando a los científicos una visión más profunda de los mecanismos del proceso evolutivo. Además de la vida vegetal y animal, el Desierto de Tatacoa también presenta evidencia de la evolución cultural de los humanos. Aquí se han descubierto reliquias de sitios antropológicos prehistóricos que datan del Pleistoceno y el Holoceno temprano. Esto ha ayudado a los antropólogos a estudiar el desarrollo de las culturas indias y otras culturas indígenas en Colombia.

Importancia moderna

Además de paleontólogos, arqueólogos y antropólogos, el desierto de Tatacoa también atrae a un gran número de turistas que visitan el sitio para explorar su terreno único, maravillas históricas, geológicas y paleontológicas. Un observatorio astronómico en una ubicación libre de contaminación permite observaciones detalladas de objetos astronómicos a través de ojos telescópicos. Muchos turistas acampan en el desierto o caminan a lo largo de su terreno para maravillarse con sus maravillas geológicas. Una piscina artificial creada en el paisaje desértico es también un importante atractivo turístico en la zona.

Hábitat y Biodiversidad

La región del desierto de Tatacoa está sujeta a altas temperaturas y baja humedad. Las plantas y animales que habitan en esta región están, por lo tanto, bien adaptados para sobrevivir en las condiciones extremas del desierto. Las plantas que crecen aquí tienen un extenso sistema de raíces que se extienden a través de largas distancias tanto horizontal como verticalmente. La vida animal aquí incluye reptiles tales como tortugas, serpientes, lagartos y lagartijas, varias especies de invertebrados como arañas y escorpiones, mamíferos como roedores y gatos monteses, y aves rapaces como águilas y otras aves.

Amenazas ambientales y disputas territoriales

Como el desierto de Tatacoa es inhabitable y efectivamente no cultivable, el hábitat del desierto se salva de las intervenciones humanas. Por lo tanto, no existen en esta región los efectos adversos de las actividades antropogénicas, como los altos niveles de contaminación del aire, la destrucción de las especies silvestres para las necesidades humanas y el daño a los tesoros arqueológicos y paleontológicos de los invasores humanos. Sin embargo, no se pueden descartar futuras amenazas potenciales de una creciente carga turística. Las emisiones de los vehículos turísticos podrían afectar la calidad del aire de la región y los residuos generados por los turistas podrían dañar la naturaleza prístina del desierto de Tatacoa.