Hechos Sobre La Enfermedad De Alzheimer: Enfermedades Del Mundo

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Descripción

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa. Como tal, también es el tipo más común de la categoría de enfermedades cerebrales clasificadas como demencia. La causa del Alzheimer generalmente es genética, con una cantidad múltiple de genes implicados en su formación y sus complicaciones. Aún así, se cree que las lesiones en la cabeza, la depresión y la plaga cerebral conducen a, o al menos aumentan, el desarrollo de la enfermedad y sus síntomas.

Los síntomas

Los primeros síntomas generalmente se limitan a la pérdida de la memoria a corto plazo, los cambios de humor y la desorientación, que progresan continuamente hasta no reconocer a las personas conocidas, ser distantes de la sociedad y perder el control de los vínculos personales. En las etapas finales, las funciones metabólicas corporales comienzan a deteriorarse, lo que posiblemente ocasione la muerte.

Las estimaciones varían sobre la cantidad de personas que sufren de Alzheimer en todo el mundo. Puede haber entre 21 y 35 millones de personas afectadas viviendo en el mundo. La mayoría de las personas con la aflicción tienen 65 años de edad o más, aunque también hay un cierto porcentaje de casos de Alzheimer de inicio temprano. Como los síntomas iniciales de la enfermedad son problemas comunes relacionados con el envejecimiento, a menudo es muy difícil diagnosticar definitivamente el Alzheimer. Los modos comunes de identificación son mediante exámenes de historiales médicos y pruebas cognitivas y, con ellos, se utilizan pruebas de imagenología médica del cerebro y de la sangre para descartar otros factores.

Tratamiento

En la actualidad, no existen tratamientos conocidos que ayuden permanentemente o prevengan la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Aún así, algunas drogas y terapias de estilo de vida pueden ayudar a frenar la degeneración, al menos temporalmente. Los pacientes de Alzheimer a menudo tienen que depender de la asistencia de los cuidadores. Los medicamentos antipsicóticos se recetan en casos de síntomas psicóticos, pero en general no se recomiendan debido a sus efectos secundarios potencialmente graves en los casos de Alzheimer. Por el contrario, en general se recetan medicamentos como tacrina, donepezilo, galantamina y memantina. Ninguno de estos medicamentos proporciona beneficios sustanciales ni revierte el progreso de la enfermedad. Se ha visto que varias terapias de estilo de vida centradas en estimular la memoria son efectivas para detener la progresión. El tratamiento en las etapas posteriores consiste principalmente en cuidados paliativos, generalmente en un hospicio. Los pacientes generalmente viven 3 a 9 años después del diagnóstico. En los países desarrollados, el tratamiento del Alzheimer es uno de los más costosos entre todas las enfermedades terminales.

Cuidado de Personas Mayores

El cuidado se considera crucial en los casos de pacientes con Alzheimer. En las etapas iniciales, la atención de las personas cercanas a los pacientes es beneficiosa. Se necesita alguna modificación del entorno inmediato del paciente, como mantener sus casas libres de sustancias nocivas, colocar etiquetas en los objetos para que sean fácilmente identificables y ayudar al paciente a vivir con una rutina más simple. Sin embargo, en etapas posteriores, podría ser necesaria una atención más especializada en un hospital u hospicio.

Una dieta rica en pescado, verduras y queso, y baja en grasas, generalmente se asocia con una baja probabilidad de enfermedad de Alzheimer. Los pasatiempos que requieren esfuerzo mental, como juegos de mesa, resolver acertijos, pintar o leer, se consideran eficaces para ayudar a prevenir la enfermedad. Las personas que fuman tienen un mayor riesgo de verse afectadas. También se sabe que las personas que realizan ejercicio físico regular y las personas con el conocimiento de un segundo idioma corren un riesgo reducido. Los médicos hacen hincapié en las interacciones sociales regulares, tanto con las relaciones cercanas y la comunidad en general, como factores importantes que pueden incitar o frustrar la enfermedad.